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Hoy hablaremos de los tipos de embalajes, para que entiendas cuál es la clasificación más tradicional y otras que se pueden hacer a la hora de embalar un grupo de productos. Además, te contaremos sobre otros elementos importantes que debes tener en cuenta y los factores que determinan cuál es el tipo de embalaje perfecto para tu negocio.
Consulta qué es embalaje
Tipos de embalaje: primario, secundario y terciario
Antes de profundizar en cada uno de los tipos de embalajes, empezaremos con un ejemplo práctico que nos permite tener una idea general:
Imagínate que eres dueño de una empresa que fabrica cerveza y quieres poder entregarla a tus clientes finales. Para eso, pondrás cerveza en latas. Esas latas las unirás con un plástico en grupos de 6. y luego, para facilitar todo, unirás esos grupos de 6 con cajas de madera y plásticos.
Así, la lata es el embalaje primario. El plástico de las 6 es el embalaje secundario. Y la madera y los plásticos para el transporte son el terciario.
Embalaje primario
Este es el tipo de embalaje minorista que entra en contacto con el producto.
Su función principal es proteger y contener el producto, pero también tiene otra función muy relevante y es la de servir como un medio para la publicidad del producto y para convencer a los usuarios de hacer la compra.
Embalaje secundario
Los embalajes secundarios pueden tener dos tipos de funciones: las de logística o transporte y las de comercialización.
Este tipo de embalaje sirve para unir dos o más productos iguales. Funciona para organizar las bodegas y los centros de distribución, pero también es un medio para publicitar el producto. Incluso, puede usarse como una estrategia de mercadotecnia al disminuir el precio por la compra de varios productos iguales.
Embalaje terciario
Este es uno de esos tipos de embalaje que solo tiene una función: el transporte o la logística.
Rara vez entra en contacto con el consumidor final, por lo que no se usa como un medio para poner publicidad, sino que se usa principalmente para agrupar grandes grupos de productos y que sea más fácil almacenarlos y transportarlos.
Tipos de embalaje según el material
Ahora que ya conocemos la manera tradicional de clasificar los tipos de embalaje, veamos otra clasificación menos común, pero también muy útil al momento de tener un producto que necesite ser embalado.
- Embalajes de plástico: Este es un tipo de embalaje muy utilizado, pues es resistente, ligero, práctico y flexible.
- Embalajes de cartón y papel: Este tipo de embalajes son útiles para proteger productos demasiado delicados o para proteger al medio ambiente, ya que es fácil reutilizarlos o reciclarlos.
- Embalajes de vidrio: Estos se usan casi mayoritariamente en embalajes primarios, especialmente en la industria de los alimentos y la belleza.
- Embalajes de madera: Estos, a su vez, se usan casi siempre en los embalajes terciarios para agrupar grandes cantidades de productos en una caja o palet.
- Embalaje de aluminio: Este tipo de embalajes no son tan comunes, pero se usan para proteger a los productos de la luz solar, del aire o de la humedad. Se usa principalmente en alimentos y productos de la industria farmacéutica.
Tipos de embalaje según su función
Entonces, además de la clasificación tradicional y de la clasificación según los materiales, también podemos clasificar los tipos de embalajes según la función que cumplan.
- Embalajes para contener: Son aquellos que tienen uno o más productos, como las cajas de cartón o las bolsas de plástico.
- Embalajes para proteger: Son los que protegen a los productos durante toda la cadena de logística, como el plástico de burbujas.
- Embalajes para unir: Son los que agrupan varios productos para formar una sola unidad que sea más fácil de transportar.
- Embalajes para motivar la compra: Son aquellos que sirven como un espacio promocional del producto. Se pueden utilizar colores, logos, texturas y frases que ayuden al consumidor a decidir comprarlo.
Factores que determinan la elección del embalaje
Para elegir el embalaje perfecto para nuestros productos, deberemos encontrar uno que nos permita reducir los costos al mínimo siempre y cuando nos garantice que el producto estará en las mejores condiciones al momento de ser ofrecido al consumidor final. Por eso aquí te presentamos algunos factores que te ayudarán a tomar la decisión.
- Las características del producto: No es lo mismo embalar un producto sólido, a uno líquido, así como tampoco lo es si es una sustancia peligrosa o demasiado costosa.
- El sistema de producción: Deberemos pensar si el embalaje primario se hace de manera automática en una máquina o si debe hacerse manualmente.
- La manipulación en el transporte y almacenaje: Tenemos que tener en cuenta la cantidad de tiempo que estará almacenado el producto, en qué condiciones estará, si pasará por un proceso de logística inversa, si deberá ser transportado muchas veces y los medios de transporte que lo moverán de un sitio a otro.
- El impacto medioambiental: Hay embalajes que pueden ser reutilizados, reciclados o reusados.
- Punto de venta: ¿Cómo se va a exhibir el producto? Esa es una pregunta que debemos respondernos antes de elegir nuestro embalaje.
- Experiencia de desempaque en casa: Si las personas recibirán su producto directamente en su casa, deberemos entender cómo será su experiencia a la hora de sacarlo del embalaje.
Elementos complementarios para lograr un embalaje óptimo
Además de elegir el tipo de embalaje que vamos a utilizar, también debemos tener en cuenta estos tres elementos adicionales:
- Cierre de paquetes: Debemos decidir cómo cerrar cada paquete. Puede ser con cinta, con grapas o con una tapa.
- Relleno y protección de los embalajes: Podemos proteger nuestros productos con diferentes materiales para asegurarnos de que no les pasará nada durante el transporte.
- Etiquetado de los paquetes: Existen más de 50 tipos de etiquetas que se utilizan en los tipos de embalajes secundarios y terciarios que le brindan toda la información a las personas que los manipulan sobre cómo tratar a ese paquete.
